Cuento portugués: "El último acto macabro de Egdar Allan Poe"
Continuamos con la colaboración entre
la web portuguesa "Contos de terror" y este grupo, publicando relatos
de ellos aquí y nuestros allí.
https://www.contosdeterror.site/
Publicamos el cuento titulado “El último acto
macabro de Egdar Allan Poe” de Marcelo Medone
EL
ÚLTIMO ACTO MACABRO DE EDGAR ALLAN POE
Marcelo Medone
Peter Orson
Elsworth siempre creyó la historia que su padre, Patrick Oswald Elsworth, le
contara acerca de que sus iniciales POE se debían a un homenaje al famoso
escritor Edgar Allan Poe. Inclusive su abuelo, Percival Oliver Elsworth, había
seguido la regla familiar.
Que el
padre fuera un fanático del autor del poema El cuervo y de los cuentos El pozo
y el péndulo, El tonel de amontillado y La caída de la casa Usher, estaba fuera
de discusión. Había conseguido cada uno de sus libros, con cuentos de crímenes,
ciencia ficción y terror, sus poemas, ensayos, artículos periodísticos e
incluso su única novela, La narración de Arthur Gordon Pym.
Dueño
de una apreciable fortuna, Patrick Elsworth había construido una residencia al
estilo de la abadía fortificada del príncipe Próspero en La máscara de la
Muerte Roja, con sus siete habitaciones pintadas y decoradas en diferentes
colores, siguiendo el patrón del cuento: azul, púrpura, verde, naranja, blanco,
violeta y negro.
Además,
Peter Orson Elsworth tenía en el living un cuervo y un gato negro embalsamados,
una caja de vidrio con un escarabajo dorado con manchas negras poco comunes y
un retrato oval “de una joven de rara belleza, llena de encanto y alegría”. La
pieza central de su exhibición era “un orangután muy grande de pelaje castaño
amarillento de la especie de Borneo”, también embalsamado, con una placa que
anunciaba: “Rue Morgue, quartier Saint-Roch”.
En su
dormitorio había armado la escenografía de uno de sus cuentos favoritos: El
corazón delator. Había levantado las tablas del piso y había escondido debajo
de ellas un verdadero corazón humano momificado, que había obtenido con un
funcionario de la morgue judicial que no le hizo preguntas cuando le ofreció
quinientos dólares por la pieza anatómica.
Su
museo personal también se extendía hasta el sótano de su casa. Patrick tenía
una caja funeraria con una momia, una calavera clavada a una rama y una caja
rectangular etiquetada “Sra. Adelaide Curtis, Albany, Nueva York, envío de
Cornelius Wyatt, Esq. Este lado para arriba. Trátese con cuidado” junto a un
salvavidas con el nombre “Independence” grabado, como en el cuento La caja
oblonga. Dentro de la caja estaba el cadáver conservado en sal de una mujer
joven: no se sabe si era verdadero o si se trataba de un truco muy convincente.
Además, en el medio del sótano había un pozo y un péndulo transformado en un
hacha oscilante. Por último, tenía una colección de barriles de amontillado,
apilados contra una pared de ladrillos sin terminar.
Patrick
le había dicho al pequeño Peter que ellos eran descendientes no reconocidos de
E. A. Poe. De acuerdo con su versión, el escritor había tenido un hijo
ilegítimo con una prostituta de Filadelfia, con quien había iniciado una breve
relación en el momento de la publicación de su Manuscrito encontrado en una
botella. En esa época, Edgar tenía 23 años. Cuatro años después, se casaría con
su prima de 13 años, Virginia Clemm, que moriría dos años más tarde de
tuberculosis. Virginia y Edgar nunca tuvieron hijos.
A los
40 años, el padre de Peter, convencido de que era el alter ego de Edgar Allan
Poe, se suicidó consumiendo una sobredosis de morfina, intentando imitar al
escritor, que era un adicto al opio y el alcohol. Edgar Allan Poe había muerto,
precisamente, a los 40 años.
Después
de la muerte de su padre, el joven Peter Orson Elsworth también sucumbió a la
maldición familiar, volviéndose todavía más obsesionado con el infeliz
escritor. A sus veinte años, buscó citarse con niñas llamadas Virginia, por la
joven esposa de Edgar, sin éxito. En una ocasión, se encontró con una
prostituta madura de ese nombre y huyó horrorizado. Afortunadamente, la manía
de Peter no llegó a buscar citas con muchachas tuberculosas.
Por
más de quince años, Peter Elsworth vivó obsesionado con probar que era
descendiente de Edgar Allan Poe, solicitando repetidamente permiso judicial
para exhumar el cadáver del escritor, que se encontraba en el cementerio de la
Iglesia Presbiteriana de Westminster, en Baltimore, Maryland, para hacerle
pruebas genéticas, pero su pedido fue sistemáticamene rechazado a causa de la
endeblez de sus argumentos, que consistían apenas en la palabra de su padre, ya
fallecido.
Finalmente,
cansado de las continuas negativas, en una noche invernal de luna llena, a
fines del año 2020, Peter contrató a un par de sepultureros de dudoso historial
para profanar la tumba del gran escritor. Se inmiscuyeron en el cementerio y
fueron directamente a la sepultura de Edgar.
Después
de cavar y forcejear con el féretro, consiguieron abrirlo y exponer su
contenido a la luz de la luna.
Para
su sorpresa y su consternación, todo lo que encontraron fue un ataúd vacío
ocupado apenas por un enorme cuervo negro momificado.
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