Crónica de la presentación en Málaga de "Descenso al oasis" de Damián Cordones
Crónica de Paco Mancera Romero de la presentación en Málaga de "Descenso al oasis"
Obsesionado
con la escritura.
Presentación de Descenso
al oasis de Damián Cordones el 10 de octubre de 2018.
Este pasado miércoles 10 de
octubre de 2018 a las 20:30 horas en el café The
Cereal Boom en el Soho de Málaga tuvo lugar la presentación del SOYUZ #15: Descenso al oasis del jienense
afincado en Málaga, Damián Cordones.
Editado por Ediciones El
Transbordador.
La comodora en jefe, Pilar
Márquez nos dio la bienvenida a los asistentes y dio las gracias al café por
prestar sus instalaciones a la presentación. La acompañaban en la mesa Miguel
Ángel Villalobos, el otro editor de El Transbordador y el autor. Pilar se
congratuló de poder presentar el primer SOYUZ de Damián (ya ha publicado en El
Transbordador la antología La era del espíritu baldío que aquí
croniqué). En breve irán apareciendo, en las distintas colecciones de la
editorial, nuevos textos de Damián. Pilar resaltó que como es costumbre en los
SOYUZ, este texto vuelve a trascender los límites del género.
Miguel Ángel tomó la palabra para
clasificar la obra dentro del weird, que no neo weird (que ya se usa por ahí):
es un weird clásico, a lo que
apostilló Damián: mainstream. Una vez
abandonado el estéril berenjenal de las etiquetas comerciales, Miguel Ángel
reconoció que aunque siempre aparecen los toques a lo Kafka, lo extraño, la
obra más reciente de Damián tiende hacia las pulsiones humanas alejándose de
las distopías (un buen ejemplo es su antología La hemorragia de Constanza (2017) Piedra
Papel Libros, aquí
mi reseña). Aunque Descenso al oasis
mantiene esa tendencia, añade un toque de aventura clásica, horror y persigue
plasmar diálogos más creíbles, más reales y menos literarios.
Tomó la palabra Damián para
explicar la génesis de este texto: hace tiempo escribió un cuento titulado La gacela robótica y este cuento que
nos ocupa es una reescritura. Tanto la estructura, el estilo narrativo (está escrito
en tercera persona) y que se narran las andanzas de un personaje le confiere un
carácter más clásico que el resto de su obra publicada, más entroncada en la
ciencia ficción. Se asemeja a los cuentos de Joseph Conrad y a su novela El corazón de las tinieblas (1899). Damián
explicó el argumento del cuento, pero el texto de la contraportada es mucho más
eficiente en esta tarea:
“…Rafael Blanco viaja al desierto del Sáhara para sustituir a
un empleado desaparecido, un ingeniero experto en el sistema de regadío ghout.
Ambos trabajan para una gran empresa involucrada en un macroproyecto de
habitabilidad de zonas desérticas.
En principio, Blanco encuentra lo que imaginaba: explotación,
esclavitud y una gran cantidad de esfuerzo y capacidades humanas puestas al
servicio de una labor sin sentido. Pero entre las pertenencias de su predecesor
encuentra cuadernos y un diario con extrañas notas. Sospecha que el
desaparecido ha estado dedicándose a la construcción de un oasis al margen de
la compañía. Seducido por la posibilidad del espejismo, por la alucinación, va
en busca del origen de un influjo demoníaco que teme llevar consigo. …”
Eso sí, en Descenso al oasis aparecen casi todas las obsesiones que maneja
Damián. Pilar apunta que esas obsesiones identifican su obra, y que de hecho se
palpa aún más en el cuento que Damián recientemente ha publicado en Ravissant(E): fanzine de Dark Dadá para
el pasado HUL (¡Hostia un
Libro!): Por hache o por be, donde
incluso se extreman las tendencias apuntadas en Descenso al oasis: la forma de narrar los diálogos, lo complejo del
pensamiento de los personajes por muy simples que sean sus actos o sus vidas. Y
sin duda el peligro que después de un punto a parte, el caos asalte al lector,
nunca por sorpresa, pues cada coma es un indicio. Pero el asalto será radical y
destructivo, dejando la incómoda tarea pendiente de reconstruir el tejido de la
realidad del lector, para después de finalizar la lectura del texto. En
palabras de Pilar es evidente que Damián tiene una voz propia, una voz desnuda.
Damián confesó que ha practicado
mucho la escritura de los diálogos, aunque no ha publicado nada hasta ahora de
ese trabajo. Que en el cuento Por hache
o por be los personajes hablan como habla el mismo, como habla un joven de
la calle. En la sociedad y en los lectores hay muchos prejuicios: si no se
parece a algo que ya han visto antes, lo rechazan. Conseguir diálogos fluidos,
reales es algo que le gusta, que le obsesiona y que está practicando mucho. Lo
usual en los diálogos es que sean muy literarios, ralentizan la trama, son muy
explicativos y a él le aburren. Sin embargo si el escritor es bueno no necesita
enfatizar con los “dijo”, “exclamó” el diálogo fluye sin interrupciones.
Para su creador, el protagonista
de Descenso al oasis busca un
supuesto oasis que estaba construyendo su predecesor desaparecido. Oasis que no
sabe exactamente donde está, con todo lo que eso supone de espejismo y alucinación.
Esta búsqueda va fascinando al protagonista y lo va alejando de la realidad.
Miguel Ángel intervino para comentar que a él este cuento le trae reminiscencias
de Poe en su cuento Un descenso al Maelström
(1841), de la atracción por lo malsano. Lo que más le fascina es la
mitología del desaparecido, de las huellas que dejó y su latente presencia que
se resiste a desaparecer. Damián reconoció el carácter clásico del texto, pero
quiso incidir que al final, el lector puede no saber si el oasis es “agua en el
desierto” o una proyección mental, una obsesión de su antecesor.
Es tradicional que los finales de
los textos de Damián sean abiertos para el lector, afirmó Pilar. Damián apuntó
que es porque la vida es muy distinta a lo que se refleja en una historia
realista; donde la vida avanza de una forma lineal, de consecuencias claras y
evidentes. Y eso en la vida real no pasa. Las cosas ocurren de forma inconexa y
nunca llegamos a saber porque una persona hizo una cosa en concreto.
Damián ha reescrito el cuento porque
quería contar el momento en que el protagonista se encuentra con la gacela: lo
demás gira alrededor de esa escena.
Damián reconoció que está
obsesionado con la escritura, que salvo al trabajo, que procura solventarlo con
decencia e incluso a veces negligentemente, todo su tiempo se lo dedica a
escribir y pensar en lo que está escribiendo. Menos a promocionarse, todo su
tiempo es para el universo de la escritura. Y cada día tiene más ilusión, jamás
la ha perdido.
Miguel Ángel aprovechó que se
encontraba en la sala Juan Antonio Fernández Madrigal para comentar que junto a
Damián son de los pocos escritores que de verdad han dejado Facebook, para
poder escribir más. Pilar apuntilló que los autores de El Transbordador tienen
como marchamo un pudor primordial a promocionarse.
Se dio por abierto el turno de
preguntas del público. Se le preguntó por la influencia de los paisajes
desabridos en su obra. En su opinión, no existe esa influencia, es más la
casualidad de los textos que se han publicado. Pero si es cierto que se siente
atraído por esos espacios, no en vano tuvo en mente escribir un ensayo sobre La estética del declive. Cree que las
zonas en ruinas o abandonadas son un territorio bisagra entre lo humano y lo no
humano: ya no hay humanos pero hay rastros de que estuvieron. Y que por ese
camino, utilizando las zonas derruidas, estudia la otredad, tan querida en la
literatura fantástica. También se le preguntó por qué su protagonista no es
mujer, dado los tiempos en que vivimos, a lo que contestó que no tiene ni idea.
Se le preguntó si al no usar los guiones en los diálogos, es porque los
introduce en el texto. Damián contestó que no, que los sustituye por comillas y
evita los “dijo” para darle una mayor fluidez, también rehúye el lenguaje
indirecto que es la trampa para cuando no se sabe cómo podría hablar un
personaje determinado: como por ejemplo si tienes que narrar un diálogo de un
bandolero del XIX ¿Cómo hablaba un analfabeto de esa época? Narras lo que dice
pero sin que lo diga el personaje.
Damián se sinceró: conforme se va
haciendo mayor va más hacia el origen, cada vez reivindica más (pero sin usar
banderas que tanto gustan ahora y sin redes sociales) el lugar de donde procede
y que debe ser parte de lo que eres. Es lo que está tratando de encontrar. La
literatura es su vehículo porque es a lo que dedica tiempo. Y eso es lo que hace
ahora, está casi seguro que no escribirá ninguna historia que no esté
ambientada en su tierra, de donde es él. Se habló del ejemplo del grupo rock Triana que alcanzó notoriedad sin
renunciar a su localismo.
Y se inició las firmas de los
ejemplares previo pago de su importe. Tras las firmas y sin necesidad de
movernos, nos dispusimos a cenar en el mismo local, con abundantes refrescos y
alguna bebida espirituosa. Se avecinan tiempos de cuantiosas novedades que
serán reseñadas debidamente en este, su blog amigo.
by PacoMan
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