Entrevista con José Antonio Suárez, autor de "La esencia del mal"
Se acaba de lanzar la nueva novela de José Antonio Suárez “La esencia del mal” (https://www.joseantoniosuarez.es/esencia.htm) El autor lleva publicados casi veinte novelas del género. (https://tercerafundacion.net/biblioteca/ver/persona/11663?info=libros)
La trama de “La esencia del mal” es una ucronía
durante la II Guerra Mundial. España, 1941. La resistencia ha huido a las
montañas y libra una batalla a la desesperada contra el Ejército franquista, en
la que tiene todas las bazas en contra. Salvo una. Los rumores de una inminente
invasión alemana han modificado los planes del Reino Unido, que comienza a
apoyar a los maquis ante el temor de que Alemania se haga con el paso al
Mediterráneo.
Entrevistamos al autor
La novela es una ucronía que se centra en una
operación en España durante la II Guerra Mundial. ¿Cómo y por qué ideaste esa
opción alternativa que planteas en la obra?
La ucronía nos permite analizar nuestro pasado
desde otro prisma, y es muy enriquecedora, porque podemos jugar con los actores
del pasado y explorar qué habrían hecho si las circunstancias hubieran
cambiado, y de qué forma habría afectado al curso histórico que conocemos.
Philip K. Dick fue un pionero con su novela El hombre en el castillo, que
siguieron otros, como Robert Harris (Patria), o Philip Roth (La conjura contra
América). Actualmente, las ucronías que versan sobre nazis son todo un
subgénero dentro de la categoría de historia alternativa. Me planteé recoger
esa idea, pero desarrollándola en mi país y con nuestros propios referentes
históricos. España es un país que geoestratégicamente podría haber dado mucho
juego durante la Segunda Guerra Mundial, y es una idea que exploro en la
novela.
La historia no sólo se centra en la gran operación
militar y en los dirigentes, sino que también atiende a personas que viven por
la zona, y cómo les afecta.
En efecto, presenta a personas ordinarias que se
enfrentan a acontecimientos extraordinarios, y cómo afecta a sus vidas. Si bien
aparecen personajes históricos en la trama, son las personas corrientes las
protagonistas de la historia, con sus tonos de gris; y algunas absolutamente
deshumanizadas y perversas, que arrastran a las demás con sus decisiones.
Advierto que hay pasajes en la novela muy duros (recordad su título), pero os
garantizo que no os vais aburrir con el libro.
Estoy seguro que la II Guerra Mundial y el tema de
los nazis es la época histórica que más predomina en las ucronías ¿Qué es lo
que te atrae de esa época histórica y especular sobre la misma?
Es una época en la que el mal, en su sentido más
duro y descarnado, dominaba Europa. Creíamos que habíamos superado esa página
tan negra, hasta que recientes acontecimientos nos han demostrado que estábamos
equivocados. El mal no necesita razones: le basta con un pretexto. La sombra de
Hitler se proyecta en el tiempo y nos alcanza en pleno siglo XXI. Deshumanizar
a la víctima y señalarla como agresora es una táctica repugnante que ya hemos
visto utilizar en el pasado. Los seres malvados como Eliecer Verdejo, sobre el
que gira parte del argumento de mi novela, o Hitler, o Putin, carecen de
empatía, de compasión hacia el sufrimiento ajeno. Solo comprendiendo eso
podemos entender las decisiones que toman: no les importa el daño que puedan
causar porque carecen del rasgo humano de la empatía. Cito nuevamente a Philip
K. Dick, que especuló en sus libros sobre los androides y su ausencia de caritas.
Él los utilizó como una metáfora del nazismo, y así lo reconoció en entrevistas.
Los seres como Verdejo se comportan siempre con los mismos patrones. Son
ególatras, narcisistas, fríos e insensibles, pero con una habilidad camaleónica
para ocultar su verdadera condición. Y les encanta el poder; si no pueden
detentarlo, al menos se acercarán lo más posible a quien lo tenga. Aprovechan
las crisis, las guerras, para aflorar la verdadera personalidad que llevan
dentro y se beneficiarán todo lo que puedan del sufrimiento ajeno. Esa es, en
definitiva, la esencia del mal. Y es lo que he tratado de reflejar en esta
obra.
En las novelas que has escrito hay bastantes de
space-opera, pero también hay distopías o política-ficción. Te gusta ir
cambiando de género ¿No? El escribir ucronía ¿ha supuesto más trabajo por el
tema de documentarse, del estudio de la época?
En efecto, era un desafío, y eso es lo que lo hacía
atractivo. La esencia del mal es la novela que más trabajo de documentación me
ha exigido, pero eso forma parte de la diversión y además me he quitado una
espina: nunca había escrito una novela histórica hasta ahora. Bien, podréis
decir que es historia alternativa, pero la base histórica y el escenario que
rodea a la obra es real. Me gusta probar cosas nuevas. Adocenarse en la rutina
es veneno para la creatividad y para nuestro cerebro. Hay que salir de vez en
cuando de nuestra zona de confort y probar algo diferente. Eso no quiere decir
que renunciemos a lo que nos gusta, pero explorar nuevos caminos siempre viene
bien para estimular nuestras neuronas.
¿Estás escribiendo algo ahora? También has
compuesto música. ¿Cómo va esa faceta?
Actualmente estoy tomando notas para una novela que
transcurrirá en el universo de La luz del infinito (lo reconozco, me gusta la space
opera como el que más). Esta es una de mis novelas más populares entre los
lectores y pensé que sería divertido enriquecer y expandir este universo con
nuevos personajes y tramas. En lugar de una continuación, será una precuela que
transcurre medio siglo antes, aunque no es un aspecto que haya cerrado aún. Mi
intención es empezar a escribirla en la segunda mitad de este año y acabarla el
que viene, pero ya veremos.
En cuanto a la música, como he retomado mi faceta
literaria, tengo menos tiempo para la composición, pero sigo dedicándole
atención. Es gratificante, la verdad y, aunque mi música solo me interese a mí
y a un pequeño puñado de oyentes, disfruto mucho creándola. El secreto de una
buena salud mental reside en dedicarte a lo que te gusta. John Williams es un modelo
a seguir: a sus noventa años sigue en activo, componiendo bandas sonoras con
una calidad excelente. Y por citar un ejemplo de escritor del género, Jack
Williamson (que, a pesar de su apellido, no es hijo de John Williams) siguió
escribiendo hasta su muerte, a la edad de 98 años. Cuando disfrutas haciendo
algo, deja de ser un trabajo. Y el cuerpo, por lo general, te lo recompensa.
Si deseas añadir algo más….
Agradecerte el ofrecimiento de esta entrevista, y
desearos una buena lectura.
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