Entrevista con el ganador del Certamen Alberto Magno de este año
El 28 de Enero se hizo publico el fallo del Certamen Literario de Ciencia Ficción Alberto Magno 2021, que convoca la Faculta de Ciencia y Tecnología de la UPV / EHU.
El Primer Premio, dotado con
2000€ y por mayoría del jurado, fue para «Azkarbideak» de Angel Gallo Fernández
(Gipuzkoa)
El autor fue ganador, ex
aequo, del Segundo Premio en la pasada edición. Se da la circunstancia de que
por primera vez gana el certamen una obra presentada en euskera
Entrevistamos al autor
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Tu relato "Azkarbideak" ha sido el
ganador en esta edición del Certamen Alberto Magno, y además es la primera vez
que lo consigue un cuento escrito en euskera. Enhorabuena
Eskerrik asko! Todo un honor,
de verdad. ¡Que no suene a respuesta enlatada, por favor!
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La historia se centra en una original idea, los
azkar-bideak. Explica brevemente en qué consiste.
Los
Azkarbides son atajos. Se trata de unos portales que unen distintas partes del
espacio y que el ser humano usa en un futuro para desplazarse de planeta en
planeta. Fueron descubiertos en esta década, y en ese futuro no tan lejano los
usa de forma regular.
Lo
curioso es que la humanidad no entiende la física que gobierna esos atajos; los
usa, pero desconoce su naturaleza.
Se
trata de algo similar a lo que sucede hoy en día con la física cuántica o la
gravedad: la conocemos, la usamos, aunque hay partes que no encajan
completamente en el actual modelo físico.
Siguiendo
con la historia, se da la casualidad de que cada uno de estos atajos conduce a
un sistema planetario en el que al menos un planeta es habitable por el ser
humano, pero no le da mayor importancia a este hecho. Llega a esos planetas, se
asienta, los usa, y cuando se ha establecido pasa por el siguiente atajo en
busca de otro mundo. En el punto en el que se sitúa la trama, el ser humano ha
atravesado unos cuantos de estos Azkarbides, pero aún le quedan muchos por
descubrir.
Esta
forma de operar no supone ningún problema… hasta que atraviesan un nuevo atajo
y algo sale mal.
Esa es
la trama principal. Todo ello llevado a cabo por unos personajes un tanto
peculiares, que tal vez no desarrolle en exceso porque la extensión del
concurso no daba pie a ello.
La idea surge de dos
situaciones que se están dando. Por un lado está el hecho de que tratamos a
nuestro planeta como una gran fábrica: recogemos algodón en Estados Unidos y lo
llevamos a India para convertirlo en telas, recuperamos plástico en Europa y lo
trasladamos a China para reciclarlo, lo unimos todo en Blangadesh, y lo compramos
con forma de chaqueta en Euskadi por 30 euros. En un futuro bien podríamos
hacer lo mismo con distintos planetas o asteroides. En lugar de crear colonias
diversas, cada planeta se podría especializar en producir únicamente un bien
material. Buscamos convertir el universo en una gran fábrica.
La otra idea es un poco más
científica: hace un par de años aproximadamente se descubrió una especie de
corriente espacial que podía hacer que un viaje a Saturno se acortase en un
20%. Lo último que sé del tema es que no estaba muy claro que es lo que
provocaba esa aceleración, esa especie de corriente marítima en el espacio.
Pero me vino muy bien para la historia: si los científicos de verdad no son
capaces de explicarla, creo que me puedo permitir la licencia de dejar la
física de esos Azkarbides un tanto indefinida.
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Pero la idea la vas enriqueciendo con textos
intercalados con la trama, en los que especulas con las consecuencias de los
azkar-bideak
Es muy difícil retratar una
sociedad en una historia de 80-100 páginas mientras se cuenta una trama
central; más aún hacerlo sin aburrir, abrumar o distraer al lector con
información complementaria. El recurso de introducir pequeños recortes de
publicaciones, programas televisivos, entrevistas, etc. proporciona esa mezcla
de agilidad y pinceladas adecuada para este tipo de extensiones. Algunos de
esos textos tienen un contenido político, otros social, los hay serios y de
carácter objetivo, en contraposición a aquellos que suenan ridículos… Una
especie de Twitter comprimido.
Este formato permite además ofrecer
muchísimos puntos de vista y tipos de respuesta. Y es que ninguna historia es
singular. Pase lo que pase, afecta a más de una persona, genera puntos de
vista, tiene consecuencias e ideas antagónicas… La idea era mostrar la sociedad
tan plural que se puede desarrollar en un escenario multiplanetario que
desembocará irremediablemente en multiculturalidad e intereses encontrados. En
el fondo, no deja de ser una versión hiperdopada de la nuestra.
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¿Qué más tienes publicado y escrito?¿De
ciencia-ficción o también de otros géneros?¿Estás escribiendo ahora algo?
Siempre escribo algo. Me gusta
probar cosas distintas, incluso aquellos estilos o ideas que sé que se me dan
mal. Al no ser una profesión sino una afición, mi objetivo es divertirme,
aprender, probar cosas.
Escribí un libro con un tono
melancólico que salió… como salió; la idea era recaudar algo de dinero para
ayudar a un niño peruano con una enfermedad incurable. Cumplió el objetivo y
estoy super contento y agradecido por ello. Un montón de momentos con Jaime se
titulaba; tengo en mente sumarle un epílogo.
Escribí una trilogía que
mezclaba eso que llaman el Young Adult con el realismo mágico; ¡no he llegado a
publicar el tercero, pese a que lleva escrito 10 años! Fue mi primer intento y,
bueno, dejémoslo en que aprendí muchísimo por el camino. Hay partes que me
gustan muchísimo, dentro de la ingenuidad que emanan, y otras que preferiría
olvidar.
Está autopublicado en Amazon
un ebook acerca de recorrer la “autopista del Karakorum” en bicicleta. Una
especie de guía de viaje que no pretende ser una guía de viaje. También aprendí
escribiendo eso, me lo pasé bastante bien, y quiero creer que a alguien le ha
resultado útil.
La realidad es que tengo
varios textos escritos a los que debería de dar salida: un libro de rutas en
bicicleta por el mundo (aunque con un enfoque distinto al de la autopista de
Karakorum), en castellano, en el que hago todo lo posible para que no sea un
libro de rutas; una historia larga de ciencia ficción en euskera con un estilo
de escritura un tanto especial (Noba); un par de recopilaciones de los relatos
cortos en euskera que he ido acumulando a lo largo de los años (creo que ya son
más de 60, alguno bastante largo); un libro corto en castellano con estilo
totalmente adolescente (IKA)… Me encanta escribir y odio corregir y repasar,
así que muchas cosas se quedan en una carpeta de Dropbox olvidada. A ver si
algún día me pongo serio con ese tema.
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Entre la gente que conoces que escriba en
euskera ¿Hay afición a la ciencia-ficción?
Hay mucha afición y poco
material. La verdad es que la situación del euskera en la literatura es
compleja; afortunadamente, creo que en los últimos años está habiendo un
resurgir de la novela popular, de no tratar de ser el próximo Bernardo Atxaga,
que puede ayudar a acercar estos estilos a todo el mundo. La ciencia-ficción,
al igual que otros géneros, necesita variedad: necesita obras de leer en la
playa o mientras comes palomitas, frente a otras más elaboradas, más
reflexivas. Y eso sólo se consigue con volumen, algo de lo que carecemos en un
entorno tan pequeño.
Demanda hay, y gente dispuesta
a escribir también. Basta con echar un vistazo a alguna red social donde la
gente use el euskera para comunicarse, y ver que las aficiones de mucha gente incluyen
la ciencia-ficción. Pero en este entorno donde la digitalización gana
territorio, donde el mercado es muy reducido, la situación de la
ciencia-ficción en euskera es complicada. Eso sí, me parece significativo que
haya autores como Neil Gaiman (que no es ciencia ficción, pero puede dar una
buena medida de géneros pseudo-comerciales) que están siendo traducidos al
euskera: señal de que hay demanda de un tipo de contenido y lenguaje muy
especial, muy abierto a todos los públicos, pero alejado del mainstream más
simplón.
Por otro lado, debemos tener
en cuenta que la mayoría de la gente que escribe en euskera es aficionada y que
sabe que siempre lo seguirá siendo, debido al entorno en el que vivimos. Por
ello, es sencillo dejar de escribir en un momento de tu vida. Me viene a la
mente el caso de Josu Waliño: ganó diversos premios, publicó varios libros muy
buenos, pero el día a día le comió y lo tiene aparcado. Es esperable: no deja
de ser un hobby que requiere de bastante esfuerzo, con partes que no son muy
agradables. A mí, por ejemplo, los últimos pasos me matan. Acercarme a una
editorial, o autopublicar y autopromocionarme, me suponen un trabajo que no me
gusta. Y como es un hobby y estoy aquí para pasarlo bien, no doy ese último
paso. Hay mucha gente en situaciones parecidas… y en las opuestas también:
gente a la que le encanta publicitarse pero cuya relación con la constancia en
la escritura es más complicada.
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Si deseas añadir algo más...
Llevo años dando vueltas a la
idea de dar salida a todo el material que tengo. Bueno o malo, ahí está. Si
algún día siento el trasero y me pongo a ello, la idea de una especie de
editorial digital está ahí… Espero que pronto pueda dar forma física a mi idea,
supere mi vergüenza a estos temas y salga del caparazón. Seguramente habrá
gente a la que no le guste lo que escribo, o no entienda un estilo u otro, o
alguna historia le parezca pobre o el lenguaje le parezca vulgar por momentos,
pero tal y como decía antes, a veces necesitamos volumen, sobre todo en
euskera. Si puedo contribuir en algo, siempre estoy encantado de hacerlo.
Y si a alguien no le gusta lo
que escribo, siempre podrá empezar otro libro.
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