Entrevista a Joseba Paulorena, autor de "Muerte en blanco"


Hace unas semanas “EC.O Ediciones Cívicas” publicó “Muerte en blanco” la nueva novela de Joseba Paulorena, miembro de la TerBi. La obra tiene como punto central el proyecto “Mente en Blanco”, un implante sináptico experimental con un sistema médico incorporado que no solo aumenta la longevidad de su portador, además regula los impulsos nerviosos y la estimulación sensorial.

Más información sobre la novela: http://edicionescivicas.org/producto/muerte-en-blanco/

Y en este enlace se pueden ver algunas fotos de la presentación en Bilbao




Entrevistamos al autor, Joseba Paulorena

Sin duda, el elemento estrella de la historia es el implante sináptico. Descríbenos brevemente en que consiste esa tecnología.
Es un ordenador avanzado del tamaño de una lenteja y que está insertado en el cerebro del usuario y conectado a su red neuronal, es decir, una especie de ordenador mental. En principio su función principal es permitir la conexión a la Red, que es una internet actualizada a la tecnología sináptica.
La gente ya no usa móviles para comunicarse y la televisión, aunque dispone de función holográfica, está quedando obsoleta. Sin embargo, la industria del entretenimiento se encuentra en auge ya que la gente se descarga las películas dentro de la cabeza y funcionan como un juego, siendo el usuario el protagonista de la historia y con cierta capacidad de decisión.
En el momento en que transcurre Muerte en Blanco se está experimentando con los implantes y se ha instalado una nueva aplicación, un sistema médico avanzado que puede inmunizar al individuo frente a un gran número de enfermedades y capaz de llevar a cabo una cirugía menor.

En los 80 el ciberpunk mostró las gafas de realidad virtual, con las que te sumergías en otro ambiente. El implante que imaginas va un paso más allá.
¿Crees que la neurología va a ser el campo médico que más va a avanzar en las próximas décadas y que va a transformar la sociedad?
¿Próximas décadas? Ya estamos en el futuro y no nos damos cuenta porque es nuestro presente. Cada día puedes encontrar noticias sobre investigaciones o avances tecnológicos que te dejan con la boca abierta. Inteligencias artificiales, implantes biomédicos, miembros cibernéticos, clonación, exploración y colonización de otros planetas, inmortalidad… Estoy seguro de que la mayoría habéis visto reportajes o noticias que subrayan el avance de la ciencia en general y los logros de la tecnología. Y no hay que ir muy lejos, España es un gran exportador de cerebros.
Puede que estos avances tan llamativos no estén establecidos y sean únicamente elementos puntuales en nuestro presente, pero están ahí y dicen que es posible, insinuando cuál puede ser nuestro futuro.
Sí, la tecnología es una palanca transformadora pero necesita tiempo para establecerse, como las gafas de realidad virtual de los 80 y que hoy puedes comprar para jugar con tu consola y conectado con tus amigos de cualquier parte del mundo, sin salir de casa.
Y siguiendo esta línea de pensamiento, el uso de la tecnología puede conducir al abuso y generar conflictos, como el aislamiento físico del individuo ante la interacción social desde plataformas informáticas. Y lo interesante de la ciencia ficción es que te permite especular sobre la evolución de la sociedad y el comportamiento del ser humano ante una herramienta de poder como es la tecnología.


Aparte, también se plantea un dilema filosófico acerca de la muerte y la consciencia, y cuándo una persona está muerta.
¿Cómo se te ocurrió esta idea? ¿Cómo se te ocurren los planteamientos para nuevas novelas?
Muerte en Blanco surgió de la conversación con un lector que se quejaba porque había matado al protagonista al final de uno de mis libros.
—Es posible —me encogí de hombros—, pero no son muertes gratuitas.
—No me gusta que mueran —respondió sin escucharme—. Un libro tiene que tener un buen final.
—La muerte es un buen final...
—A la gente no le gusta hablar de la muerte. Tus libros no van a gustar.
—¿Te has leído el último que te pase?
—No.
—¿Y el anterior?
—No pero es que…
Es interesante la gente que critica tus obras sin habérselas leído, cómo despierta la imaginación a la par que se te van hinchando esas zonas del cuerpo sensibles a ser hinchadas. Así que mientras el lector se excusaba por no leerme pero seguía criticando, yo decidía que en la próxima novela que escribiría el protagonista estaría muerto ya desde el principio.
La inspiración suele llegar de manera imprevista, es un chasquido, un fogonazo que te deslumbra y te motiva a empezar una nueva historia. Pero luego llega darle forma, trabajar sobre aquello que quieres contar. Tener la idea de un personaje muerto no basta, tuve que reflexionar acerca de la muerte y su proceso, el grado de “muerto” en el que se encontraba, por qué está muerto, cómo se comunica con el lector, qué tipo de realidad estaría viviendo, la percepción que tiene el individuo del entorno y la creación de una verdad que no implica que sea real, la conciencia del ser... Y mientras intentaba resolver estas preguntas sin que la cabeza me explotase, la historia iba tomando forma.
La ciencia ficción es un género literario que permite especular sobre la ciencia, la sociedad y el ser humano, en definitiva que se hace preguntas y busca respuestas, aunque sean inventadas. Igual que un filósofo, igual que un matemático o un teólogo. Este libro me ha servido para explorar la muerte y la realidad, pero no he llegado a ninguna conclusión. En cambio, sí puedo decir que es un libro de ficción y que ha sido escrito para mantener entretenido al lector. Yo por lo menos he disfrutado buscando el origen del asesino, siguiendo las pistas despistadas, dislocándome en realidades alternativas donde la muerte escribe con pulso firme.
Me motivan las preguntas que hay al fondo de una historia. Si repasas el resto de mis obras encontraras una idea que impulsa cada novela. La inmortalidad, las conciencias no humanas, la realidad, el bien y el mal, el significado de ser humano. Tengo dudas, escribir me ayuda a plantear interrogantes para los que no tengo respuesta.

¿Estás escribiendo algo ahora?
Tengo mucho trabajo en la editorial y poco tiempo, así que últimamente me he centrado en relatos cortos. Pero tengo una novela ya trabajada y que será lo próximo que publique. Es una novela de cajón, ha cogido polvo y ahora la he examinado con ojo crítico. La verdad es que me ha costado volver a ella, tiene un tono muy duro.
Se titula Pelotón de castigo y sigue dentro del universo de la Era Espacial, seiscientos años después de DSK3 y Muerte en Blanco, y alrededor de quince después de Paciente 101 (todos son libros independientes). El ser humano se ha extendido por la Galaxia y se está preparando para la guerra. La Tierra, como planeta exportador de demografía, está metiendo a sus ciudadanos en la cárcel y usan los implantes sinápticos para modificar el comportamiento de una sociedad dócil aunque frustrada. Fuera humanidad, bienvenido soldado. Es un texto que, ya digo, me ha costado mucho escribir por su ambientación opresiva y la búsqueda institucional de la degradación humana.

¿Qué tal va EC.O?
Terry Pratchett, en La verdad, describía la revolucionaria invención de la imprenta como la creación de un monstruo hambriento de palabras. Hay veces que así veo a la editorial, quizás no tanto como un monstruo (y en todo caso es mi monstruo), sino como un bebé que exige plena atención. Al que mimas, al que cuidas con cariño y ves crecer. El monstruo ya anda, ha empezado a correr y ahora exige que no nos quedemos atrás.
La editorial EC.O nació en tiempos oscuros y gracias a la magia arcana de… de los acontecimientos:
—Tendríamos que hacer una editorial pero que siga nuestras reglas, no las del mercado.
—Estáis locos. Con la crisis ya nadie compra libros. No lo hagáis, es una mala idea.
Y así, conjurados los astros y con unas cuantas descargas económicas, el remiendo de una idea cobra vida.
El monstruo camina y se abre paso por el mundo.
A finales de año abrimos una convocatoria de novelas. Pedimos una carta de presentación en Word con un máximo de tres folios. Esta carta es libre y el autor debe convencernos de por qué debemos leer su obra. Si aceptamos la novela, y nos gusta, la publicamos. Hay rollo de contrato y tal que me aburre explicar. El tema interesante es que la editorial se hace cargo de la edición de la novela.
Cuando fundamos la asociación, uno de los puntos que tratamos fue sobre la línea editorial. ¿Qué género íbamos a publicar? Cualquiera, decidimos. Si nos quejamos de que la ciencia ficción ha sido denostada como literatura menor, no debíamos caer en la discriminación positiva y darle un trato de favor, sino tratarla como igual. Por lo tanto, publicamos literatura que merezca la pena, con estilos y ritmos diferentes. Y también es cierto que si todos los años sale publicada alguna novela de ciencia ficción o fantasía es porque merece la pena ser leídas.

Si desear añadir algo más…
Gracias por el tiempo que has dedicado en leer esta entrevista, y qué disfrutes de la lectura de tu próximo libro.


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